¡Qué dioses nos condenan a este sueño
de vivir siendo uno y alejados,
abrevar el amor en un suspiro,
y saciar nuestra entrega con el verso!
¡Qué eternidades nos tentaron
inflamando nuestras almas de palabras
que al brotar como agua transparente
humedecen nuestro espíritu de calma!
¡Qué Cronos jugó con nuestro espacio
revolviendo el tiempo en lo remoto
iluminando de estrellas nuestra noche
y la tarde con sol de mediodía!
¿Qué senderos cruzaron nuestras vidas
para izarnos en nubes hasta el cielo?
¿Qué paraísos nos brindaron este fruto
que mordemos y sabe a amor eterno?
¡Quién podría condenarnos si hasta Dios
se complace en contemplarnos
en esta prisión de amor, encadenados!
Ese "Silencio" esta lleno de voces de belleza literaria y sentimientos a flor de piel.
ResponderEliminarEs un verdadero placer, perderme entre tus versos.
Gracias por tus palabras
Besos