miércoles, 7 de diciembre de 2011

¡Tocando el cielo con las manos!




En el vuelo revoltoso de una tarde
se enredó el amor con la mirada
como un mar estremecido por el viento
Sobre el brezo que cubre la montaña,
apagando el farolillo del deseo,
sofocando a los suspiros,
ardieron juntos todos los besos
Y empapando el cántaro de mi vientre
de frescura almizclada en madrigales,
tu incensario humedeció toda mi carne,
de tus ansias desnudas,
de tu lluvia de espuma...
Penetrando después en mi posada
la luna iluminó la noche
silbó el aire la canción del agua,
y se colmó toda la selva de emociones.
En el vuelo revoltoso de una tarde
se enredó el amor con la mirada,
apagando el farolillo del deseo
¡Tocando el cielo con las manos!