Me gusta beber del caño de la fuente
Buscar la verdad y los amigos.
Rezar en el silencio de una tarde
Sentada en una piedra del camino.
Me gusta el cielo raso y el sol altivo
Calarme hasta los huesos con la lluvia
Buscar el horizonte entre los árboles.
Y escribir desde el alma y con la pluma.
Mirar de frente y andar despacio,
Para no tropezar con “las aristas”,
Que enlodan y ensucian el camino.
Tocar el barro con las manos
Y besar los pies de los que amo.
Hablar con el mar y el vagabundo
Sin miedo a que el tiempo se adelante.
Subir la cuesta, elevarme en la montaña,
Y revolcarme entre la hierba en la campiña.
Me gusta el pan caliente y la verdura fresca
Beber el vino dulce de la tierra.
Escuchar los trinos de las aves y el suspirar del alma
Las palabras sentidas y el silencio.
Llorar sin amargura y reír,
Reír con lágrimas y a carcajadas.
Sentir palpitar la vida y el amor en mis entrañas
Y despeinarme con el viento.
Me gusta meditar sin freno, ni medida
Para cargarme de sueños y esperanzas.
Humillarme ante el Altísimo,
Para enfrentarme con orgullo al poderoso.
Navegar y observar a las estrellas
Para no perder el rumbo de mi vida.
Y porque estoy enamorada de la Vida
Disfruto del amor y la poesía
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