Lo único que sé es
que falta mucho camino,
por andar;
que hay mucho trabajo,
por delante,
mucho material aún,
para escribir;
algunos sueños,
pendientes,
y verdades que alcanzar.
Valores por los que luchar,
y vivir.
Un olor a galán de noche
que flota,
cada tarde…
Un abanico que mata
el calor
a dentelladas de aire.
El ángel de la guarda
en una muchedumbre,
de amigos.
Una puerta abierta
que muerde
la soledad.
Una canción que entra
por la ventana.
Un gesto enamorado y,
dos textos,
por leer.
La desmesura de la vida
pujando,
por sobrevivir.
Semillas de frutos
comestibles
y, 57 años, en una realidad
que da a una salita,
de recuerdos,
a la hora del café.