martes, 23 de noviembre de 2010

Desde esta fronda impenetrable




Desde esta fronda impenetrable,


desde este vulgar tropiezo en el camino


locutorio mudo e insondable...


Desde el saber y no saber,


dónde encontrar asiento en el destino.


Llegan mensajes tan inexorables,


duros, ciertos, otrora peregrinos.


Recados, recuerdos... ¡Desatinos!


Y olores de nostalgias agradables


Aromas, vapores y sonidos


Músicas, danzas, y otras lágrimas


que se resisten a encontrar el nido.


Es medianoche, con su luna y sus migrañas...


Hay siempre gente malhadada,


que le gustaría tener poder sobre mi espíritu


pero, por suerte, está siempre malograda


¡Al peral nunca le brotaron racimos de uva!


Hoy, mi elfo está disperso


con la atención perdida,


y sin medir la métrica y la rima.




1 comentario:

  1. En el corazón del bosque, allá donde se esconde el tesoro de los cuentos, que no es otro, sino nuestro corazón perdido, que vamos buscando como locos, y está precisamente al lado nuestro.

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