El silencio es un instante
que se rompe con un beso,
una palabra, o el eco
de la lluvia en los cristales.
El silencio es sólo eso:
un címbalo suelto al viento,
un girasol en el campo,
o el gorjeo de un sinsonte que,
con sus alas, traspone
el crepúsculo en la tarde;
como si el sueño quedara,
por sorpresa, y sin respiro,
prendido entre la afonía
de tus labios y los míos.
El silencio es sólo eso: un soplo
que rompe el beso.
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