Tiene la Luz un haz de cristal
en su mirada
y una claridad debajo de las alas
que pestañea con el viento.
Un parpadear inquieto
donde se estrellan todas las pasiones
y se embarcan felices y gozosas
en el rocío que brota de una lágrima
¿Estará la Luz enamorada?
Sus pupilas tienen mil tonalidades
y colores ¡Y tallos de oro!
Donde nacen pensamientos
como flores irisadas.
Transita la Luz siempre radiante,
por la ancha Avenida del Tiempo
blanca, clara, y en silencio
hasta doblar, serena y aquietada
por esa Plaza Mayor del Sueño.
Como una niña que arrullara un día
en su pecho de ternuras,
una paloma blanca entre sus dedos.
Tiene la Luz una aliada
en el farolillo de la luna
y en el gemido de la noche.
¿Estará la Luz enamorada
cuando revolotea, traviesa y asustada
espantando sombras y tristezas,
repicando el Ángelus
colgándole pompones a la tarde
con su acerico de alfileres blancos?
¿Estará la Luz, acaso, enamorada de un poeta?
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