“hay que desenterrar la palabra perdida, soñar hacia dentro y también hacia afuera,
descifrar el tatuaje de la noche y mirar cara a cara al mediodía y arrancarle su máscara.”(Octavio Paz)
Una y otra vez,
vuelvo al mismo paisaje:
la montaña, el árbol, la mañana...
al vuelo agrupado de las aves
A esa recóndita palabra
que no se deja atrapar la descarada.
Vuelvo a los mismos pensamientos,
- los que no vuelan -
y andan siempre de ronda
alrededor de las cosas,
tocándolo todo,
como si fueran los dueños de la casa.
Y todo gira, sin cambiar nada;
y todo cambia, sin mover nada,
por esos extraños misterios que tiene el tiempo,
o esas sorpresas que la vida nos depara
¿Y qué fue de los pensamientos que volaban?
Sí; aquellos que soñaban y
todo en luz lo transformaban
¿Qué fue de aquellos inquietos y animosos pensamientos?
Nada, ni nadie responde…
porque el silencio siempre habla,
sólo ante la evidencia calla o se reserva
si la incoherencia golpea y se declara.
y es entonces cuando el silencio terriblemente duele
de tantas y tantas palabras estranguladas.
Y amanece de nuevo la palabra.
la palabra no dicha, anunciada.
Aquella que voló detrás de un pensamiento
Y nunca volvió la golondrina
al nido de sus sueños.
(13 de noviembre 2008,
mediodía)
No hay comentarios:
Publicar un comentario