jueves, 6 de enero de 2011

Y amanece de nuevo la palabra...



“hay que desenterrar la palabra perdida, soñar hacia dentro y también hacia afuera,
descifrar el tatuaje de la noche y mirar cara a cara al mediodía y arrancarle su máscara.”(Octavio Paz)


Una y otra vez,
vuelvo al mismo paisaje:
la montaña, el árbol, la mañana...
al vuelo agrupado de las aves
A esa recóndita palabra
que no se deja atrapar la descarada.

Vuelvo a los mismos pensamientos,
- los que no vuelan -
y andan siempre de ronda
alrededor de las cosas,
tocándolo todo,
como si fueran los dueños de la casa.

Y todo gira, sin cambiar nada;
y todo cambia, sin mover nada,
por esos extraños misterios que tiene el tiempo,
o esas sorpresas que la vida nos depara

¿Y qué fue de los pensamientos que volaban?
Sí; aquellos que soñaban y
todo en luz lo transformaban
¿Qué fue de aquellos inquietos y animosos pensamientos?

Nada, ni nadie responde…
porque el silencio siempre habla,
sólo ante la evidencia calla o se reserva
si la incoherencia golpea y se declara.
y es entonces cuando el silencio terriblemente duele
de tantas y tantas palabras estranguladas.

Y amanece de nuevo la palabra.
la palabra no dicha, anunciada.
Aquella que voló detrás de un pensamiento
Y nunca volvió la golondrina
al nido de sus sueños.

(13 de noviembre 2008,
mediodía)

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