Tengo una pena de amor,
una gardenia,
y una alegría loca
que se hace poca…
Guardo, entre la ranura de tus palabras,
un silencio que se queja;
un lamento que se oye;
una tristeza que escucha;
dos besos que se me escapan
y un cielo que se derrumba.
Algún sueño que se funde
en la cortina del alba...
Un viaje, por si acaso hiciera falta
acortar esta distancia,
y un reloj para la cita
¿Para la noche toda?
¡Una manta que nos cubra
la cálida humedad nocturna!
Con su luna y sus estrellas
parpadeando en el cielo.
Una plaga de sonrisas,
la cadencia de un jadeo
y el sabor de la pasión.
La verdad es que las palabras son puertas, ranuras por donde se cuela la luz: todo. Al fin de cuentas la luz crea, incluso la sombra.
ResponderEliminarEres increible escribiendo Maravillas. Me encantó lo que guardas.
ResponderEliminarBesos y gracias