Va despertando el día.
Un jilguero vuela,
ahuyenta la melancolía
del rumor del río;
revolotea inquieto
por entre el caudal de la memoria.
Mientras, el viento,
viejo y ya cansado,
sigue soplando
al tiempo y a la vida.
Un sapo croa su canción,
brinca y salta de alegría.
El poeta, inquisidor, observa
el cumplimiento de toda esta vigilia.
· Mientras tengamos jilgueros que observen, que trinen... las mañanas serán anticipo de un buen día.
· Saludos
CR & LMA
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Ya sé porque lo de Maravillas: por cómo escribes!!
ResponderEliminarGracias por tu amabilidad y tu comentario en mi blog.
Un verdadero placer leerte
No, mi querido Mistral, nada tiene qué ver con mi escritura ese seudónimo, mas bien con un difícil pasaje de mi vida. Y en esos difíciles momentos me puse ese pretencioso seudónimo, quizás, cómo un modo de crecer frente a las adversidades a las que nos enfrenta este miserable mundo. Gracias a ti, (muchas), por tus cálidas y afectuosas palabras. Un placer es para mí leerte, también. Y un abrazo.
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