"Yo tengo un amigo muerto que suele venirme a ver:
Mi amigo se sienta y canta..."
(José Marti)
Dicen que a la lumbre de la memoria
ardiendo sin consumirse
crecen silveiras que hieren
heridas que se nos llagan
junto a la flor del almendro
donde crecieron los sueños.
Son canciones que se escuchan
perfumadas de tristeza
cuando la tarde se avienta
se adelgaza y jadea
por entre esa fina línea
que une el Cielo con la Tierra.
Y es al sangrar la mañana,
cuando el Sol brilla en lo alto,
que crepitan en la hoguera
las astillas del recuerdo
junto a la flor del almendro
donde crecieron los sueños.
Mi amigo se sienta y canta..."
(José Marti)
Dicen que a la lumbre de la memoria
ardiendo sin consumirse
crecen silveiras que hieren
heridas que se nos llagan
junto a la flor del almendro
donde crecieron los sueños.
Son canciones que se escuchan
perfumadas de tristeza
cuando la tarde se avienta
se adelgaza y jadea
por entre esa fina línea
que une el Cielo con la Tierra.
Y es al sangrar la mañana,
cuando el Sol brilla en lo alto,
que crepitan en la hoguera
las astillas del recuerdo
junto a la flor del almendro
donde crecieron los sueños.
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