A veces, sólo a veces
se me atranca el pensamiento
y la inspiración se curva.
A veces, sólo a veces,
se me esconden las letras
y se ocultan las palabras.
A veces, se me hincha el alma
de preguntas, por momentos,
sin respuestas que la colmen.
A veces, todo es blanco,
¡simplemente blanco! Y otras
tan negro, como el deslumbramiento.
A veces, la mirada es alimento,
que entrega hermosura, esclareciendo
la quieta belleza de un día que comienza.
A veces, y sólo a veces, el calor y la luz
aparecen, en el confín que separa
la esperada línea de una madrugada.
A veces, sólo a veces, por leves instantes,
respiro eternidad, en ese temblor,
antesala, de la esperada aurora.
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Somos seres esporádicos hijos del Accidente y por eso nos afanamos, yo no sé si inútilemente, por convertirnos en sustancia permanente.
ResponderEliminarImportante el texto y extraña la imagen... perplejo me deja.
ResponderEliminarUn saludo,
Muy bonita la poesía, un gusto pasar a leerte,
ResponderEliminarte vuelvo a seguir, por algun problema en el servidor de Google, se borraron los enlaces de mi blog, disculpa la molestia.
que tengas una bonita semana.
un abrazo.
ResponderEliminar· Todas nuestras vidas no son más que un conjunto de 'a veces'. A veces, coincidimos y compartimos.
· un abrazo
Realmente, a veces, deseamos dejar nuestro deseo del futuro plasmado, aunque la vida es un papel de agua que no deja fijado como un esquema el futuro que esperanzamos... el destino no es suerte, sino una telaraña de trabajados deseos entrelazados indisolublemente, porque no estamos aislados.
ResponderEliminarPor eso, a veces, es importante que todos pensemos que el destino es el conjunto de todos nuestros deseos, haciendo una montaña de olas y construyendo islas. Mientras más islas sembremos,siempre habrá la esperanza de que en el futuro otras personas puedan seguir escribiendo sus deseos en otro papel de agua.
Me ha gustado mucho tu poema, porque ayuda a reflexionar.
Un abrazo