jueves, 5 de agosto de 2010
En el mirador del tiempo
La luz, lisonjera,
colmó de resplandor el cielo,
y una tarde, zalamera,
fue dejando acariciarse por el viento.
Enredándose en sus cepas,
fueron tropezando ensueños.
Ya la tarde se despide,
por entre un mar agitado...
Una noche, misteriosa y oscura,
despliega su túnica, altanera.
En el mirador del tiempo,
entre lapsos y silencios,
duerme el amor su sueño.
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